El Día Internacional de la Mujer se celebra desde el 19 de marzo de 1911, aun cuando su celebración actual es el día 8 de marzo y está reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En este día se conmemora la lucha de la mujer por su participación, en pie de igualdad con el varón, en la sociedad y en su desarrollo integro como persona.

Dice Ana María Portugal en su escrito “Día Internacional de la Mujer, cuando la historia cambió”:

(http://www.mujereshoy.com/imagenes/4098_a_8investmh_INFORME_5mar10.pdf)

<<  El 8 de marzo es un día para recordar las gestas más emblemáticas protagonizadas a inicios del siglo XX, por una generación de mujeres que bajo la égida de los socialismos, anarquismos, sufragismos y pacifismos, reclamaron derechos sociales y políticos en escenarios marcados por guerras y revoluciones.

El derecho a la educación, a un salario justo, al voto político, la anticoncepción y vivir sin guerras, fueron algunas demandas de los primeros movimientos organizados de mujeres en sus distintas vertientes: socialistas, comunistas, sindicalistas, sufragistas y pacifistas.

 En la actualidad, las herederas de la pasión y valentía de las gestoras del Día Internacional de la Mujer, son todas las mujeres que actúan en la esfera pública en defensa de los derechos de sus congéneres: movimientos feministas, organizaciones sociales de mujeres, de derechos humanos, parlamentos, partidos políticos, medios de comunicación y en los ámbitos de la cultura, el arte y la academia.

El Día Internacional de la Mujer es un día de recuerdo y de reconocimiento al legado de coraje, sabiduría e independencia que nos entregaron nuestras pioneras. Tenemos la responsabilidad de transmitir esta herencia a las nuevas generaciones de mujeres para decirles que los derechos que hoy gozamos, fueron ganados duramente a costa de sacrificios, dolor y ostracismo por esas valientes mujeres que se enfrentaron a la incomprensión, el autoritarismo y la maledicencia de la sociedad de su tiempo.

Cada 8 de Marzo, renovamos nuestro compromiso de mantener vigentes los principios de libertad, justicia y autonomía del ideario de las madres fundadoras del feminismo. Compromiso que se refuerza en las propuestas y en las acciones de las agendas feministas y de los movimientos sociales de mujeres en su interlocución con los gobiernos y las instituciones.  >>

Sobre el origen del Día Internacional de la Mujer existen diversas versiones que hablan de su origen en Estados Unidos, Rusia o Europa occidental. Según Ana María Portugal, distintas investigadoras establecen que:

<< La historia de los orígenes del 8 de Marzo está cruzada por situaciones y hechos en un escenario complejo y rico en acontecimientos marcados por las dos Guerras Mundiales, la Revolución Rusa, la lucha por el sufragio femenino, las pugnas entre socialistas y sufragistas, el nacimiento del movimiento pacifista feminista, y el creciente auge del sindicalismo femenino en las primeras décadas del siglo XX en Europa y Norteamérica. >>

El 19 de julio de 1848 nace el primer movimiento feminista estadounidense. En la capilla metodista de Seneca Falls, Estado de Nueva York, se reúne un centenar de personas para celebrar una convención sobre los derechos de la mujer cuyo resultado fue la “Declaración de Seneca Falls”. Este documento, basado en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, denunciaba la situación discriminada de las mujeres que no eran ciudadanas plenas al no poder votar, ser candidatas, ni ocupar puestos públicos. En las décadas de 1860 y 1890, surgen en Estados Unidos las primeras manifestaciones a favor del voto femenino.

Este primer paso lleva a la formación de núcleos de mujeres de clase media y alta, que actúan bajo la bandera del voto. Pronto esta agitación se expande a algunos países de Europa como Inglaterra donde en 1867, Lydia Becker organiza la Sociedad Nacional Pro Sufragio de la Mujer. Una de las figuras centrales que impulsó la organización de las mujeres en el Partido Socialdemócrata alemán fue Clara Zetkin.

Entre 1875 y 1879, muchas mujeres rusas apoyaron y/o participaron directamente en una serie de huelgas, que las llevaron a la cárcel. Otras se integraron a grupos terroristas. Alejandra Kollontai en su “Autobiografía de una mujer emancipada” constata lo poco que los partidarios del cambio social se interesaban por el destino de las mujeres de la clase trabajadora y por la liberación de la mujer y afirma que << Fue muy difícil ganar a mis colegas del partido para esta idea. Me encontré totalmente aislada con mis ideas y pretensiones. >>

Pero al margen de estas polémicas, debemos rescatar el origen netamente socialista del Día Internacional de la Mujer que surge en los países industrializados en un tiempo de encendidos debates ideológicos y de turbulencia social. Y subrayar que desde los inicios, la conmemoración del Día Internacional de la Mujer se ligó a tres causas centrales: el derecho al sufragio, la defensa de los derechos de las mujeres trabajadoras y el pacifismo.

Las pioneras de la liberación de la mujer abrieron un camino. Gracias a ellas, las mujeres del siglo XXI buscarán nuevos modos de ser mujer  y por ello se debe celebrar este día y este centenario no olvidando el espíritu del 8 de Marzo. Todos, varones y mujeres interesados en defender los derechos humanos, debemos luchar por preservar el significado político y cultural del Día Internacional de la Mujer, hoy amenazado por expresiones y contenidos comerciales, consumistas, faranduleros y superficiales que han convertido a esta fecha en una mera exaltación al “mujerismo”, en un puro y simple homenaje frívolo. Constituye una falta de respeto hacia las mujeres que con tanto esfuerzo, sacrificios, dolor y sangre  han conseguido el que las mujeres de muchos lugares del mundo disfruten de un estatus como sujetos y de unos derechos como ciudadanas que hasta no hace mucho eran impensables.

En la parte I del párrafo 18 de la Declaración y el Programa de Acción de Viena aprobados por la CONFERENCIA MUNDIAL DE DERECHOS HUMANOS realizada en Viena del 14 al 25 de junio de 1993, podemos leer:

(http://www.unhchr.ch/huridocda/huridoca.nsf/%28Symbol%29/A.CONF.157.23.Sp?Opendocument)

“Los derechos humanos de la mujer y de la niña son parte inalienable, integrante e indivisible de los derechos humanos universales. La plena participación, en condiciones de igualdad, de la mujer en la vida política, civil, económica, social y cultural en los planos nacional, regional e internacional y la erradicación de todas las formas de discriminación basadas en el sexo son objetivos prioritarios de la comunidad internacional.”

Y en la parte final del mismo párrafo:

“La Conferencia Mundial de Derechos Humanos insta a los gobiernos, las instituciones intergubernamentales y las organizaciones no gubernamentales a que intensifiquen sus esfuerzos en favor de la protección y promoción de los derechos humanos de la mujer y de la niña.”

La ESCUELA GNÓSTICA DE EDUCACIÓN CONTINUA, por principio fundacional, se declara defensora de los Derechos Humanos y por tanto suscribe plenamente la necesidad de instar a los gobiernos, las instituciones intergubernamentales y las organizaciones no gubernamentales a que intensifiquemos nuestros esfuerzos a favor de la protección y promoción de los derechos humanos de la mujer y de la niña.

Lo triste de todas estas necesarias celebraciones es que tengan que existir tantas declaraciones diferenciadas de derechos de varones, derechos de mujer, derechos de niños, derechos de niñas, derechos de ancianos, derechos de indígenas, etc., porque es evidente que todos/as somos tan humanos como cualquier otra persona que la simple Declaración de los Derechos Humanos debiera entenderse que nos incluye a todos/as. En nuestra propia lengua ya hasta tenemos que diferenciar siempre lo masculino y lo femenino para que nadie se sienta discriminado. Estas diferenciaciones existen, según los postulados de la pedagogía gnóstica, debido a la falta de CONCIENCIA de las personas, que en vez de comportarnos como seres humanos nos comportamos como primates haplorrinos (http://es.wikipedia.org/wiki/Haplorrhini) intelectuales, simples animales humanos. Se podría pensar que por nacer de un varón y una mujer nos convertimos en personas y lo que queremos decir y sostenemos es que nacer como tales no nos humaniza, no nos hace ser humanos. En síntesis, no nacemos humanos, nacemos homínidos. Para ser humanos es necesario dar el salto del proceso de hominización a la humanización, pasar de los “bichitos” que somos al nacer a las personas en las que nos podemos convertir. Para la pedagogía gnóstica, este proceso de transformación del homínido que se nace al humano que podemos ser, es un proceso educativo de humanización que exige algunas condiciones básicas, entre las que podemos resaltar el poseer una identidad, poseer una cultura,  interiorizar un código de comportamiento ético y dirigir los propios comportamientos desde la conciencia.

¿Qué es la conciencia?

En la mayoría de los casos en el lenguaje ordinario se usa la palabra “conciencia” como un equivalente de la palabra “inteligencia”, en el sentido de actividad de la mente. En realidad, la conciencia es una especie muy particular de “darse cuenta” en el ser humano, independiente de su actividad mental. Ante todo, “darse cuenta” de sí mismo, darse cuenta de quién es él, de dónde está, y más aun “darse cuenta” de lo que sabe, de lo que no sabe, y así sucesivamente. En síntesis, es el conocimiento real que el ser humano posee sobre sí mismo, sobre su existencia y su relación con el mundo.

La psicología comprendió hace ya mucho tiempo que sólo la misma persona puede conocer ciertas cosas acerca de sí misma. Aplicándolo a la conciencia, quiere decir que sólo una misma persona puede saber si su conciencia existe en un momento o no. Esto significa que la presencia o la ausencia de la conciencia en un individuo no se puede probar por la observación de sus actos exteriores. Sólo uno mismo puede saber si en un momento dado está consciente o no.

Por ello, la pedagogía gnóstica se fundamenta en el desarrollo de la conciencia individual al servicio de los intereses de la colectividad humana, para que seamos verdaderos seres humanos. En la Escuela Gnóstica nos interesa y nos preocupa SER HUMANOS.

Para entender el origen de la pedagogía gnóstica de nuestra Escuela, es interesante leer lo que afirma David Gerz en la Introducción de su recopilación de “Los Evangelios Gnósticos”:

<< El conjunto de manuscritos de Nag Hammadi nos da una visión muy clara del movimiento gnóstico. La meta de los gnósticos era la búsqueda del conocimiento, pero no un conocimiento común o mundano, sino de un orden elevado y trascendental. Ese conocimiento no podía ser adquirido mediante el estudio y la memorización de libros, aunque los seguidores de esta corriente mística sí compusieron bastantes libros para explicar la naturaleza de dicha gnosis espiritual. Precisamente el estudio de dichos textos nos ha permitido acceder a su creencia en un Dios trascendente, todopoderoso y bondadoso, cuya naturaleza es imposible captar con la mente humana, por lo cual es también esencialmente indescriptible. Sin embargo, esa Divinidad puede ser experimentada en la vida interior de la persona, ya que el espíritu que nos anima a cada uno de nosotros es de hecho la propia Divinidad, o una chispa de dicha Divinidad, un rayo de la Luz divina. La tragedia de la existencia humana es, sin embargo, que la mayoría de nosotros pasamos por la vida sin experimentar la realidad de esa Divinidad interior. Las distracciones, los placeres y los dolores del mundo exterior nos impiden volver nuestra atención hacia dentro de nosotros mismos, lo cual nos permitiría descubrir y experimentar la Verdad. Los gnósticos consideraban que el mundo, con todos sus peligros y sus distracciones, es una trampa mortal para quien busca el conocimiento verdadero. Es más, para ellos, el espíritu divino está preso en la cárcel formada por las pasiones del alma sensual y los elementos del cuerpo carnal. Las metáforas que los gnósticos utilizaban para describir el aciago destino del espíritu atrapado en la envoltura mortal son múltiples, pero básicamente consideraban que está dormido y en la oscuridad. Para liberarse, por lo tanto, necesita despertar y llegar a ver la luz. Esta transformación, según ellos, puede lograrse gracias a la ayuda procedente de Dios. Esa ayuda viene tanto desde dentro como de fuera. >>

¡Despertar conciencia porque estamos dormidos! ¡Salir de la oscuridad para ver la luz! ¡Adquirir conocimiento para salir de la ignorancia!

Un postulado simple, pero de una realización muy compleja, porque nadie puede ser despertado contra su voluntad, nadie puede ser obligado a salir de la oscuridad de la ignorancia si no quiere aprender, nadie puede adquirir conocimientos si no es por voluntad propia. Y eso lo sabe todo docente. Porque estas adquisiciones de desarrollo personal requieren COMPRENSIÓN (Facultad, capacidad o perspicacia para entender y penetrar las cosas, según el diccionario de la Real Academia Española), y la comprensión es fruto de una actitud y un esfuerzo personal. Para cambiar el nivel de conciencia, el nivel de conocimientos, el nivel de comprensión de los conocimientos adquiridos, es necesario y fundamental realizar un cambio radical dentro de la persona; si queremos que el mundo cambie para que se cumplan los derechos humanos en todo el planeta, es indispensable primero que cada persona cambie internamente en forma radical de un nivel de conciencia de primate haplorrino intelectual a un nivel de conciencia de ser humano.

Si queremos que los gobiernos intensifiquen sus esfuerzos a favor de la protección y promoción de los derechos humanos para todas las personas sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición (conforme invita el Artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos humanos aprobados el 10 de diciembre de 1948, por la Asamblea General de las Naciones Unidas) y se lleven a la práctica construyendo una transformación social de la humanidad, es indispensable que cada individuo asuma la responsabilidad personal de conocer su propia condición humana.

Conocer la propia condición humana es un problema de psicología (Ciencia que estudia la actividad psíquica y la conducta humana, según el diccionario Espasa-Calpe. Ciencia que estudia los procesos mentales en personas y en animales; o, todo aquello que se refiere a la conducta de los animales; ambas según el diccionario de la RAE).

La condición humana normal, común y corriente siempre está guiada por la mente, predomina en ella la mente, es un constructo de la mente. Un constructo de la mente es una categoría descriptiva con la que cada individuo organiza los datos y las experiencias vividas en la realidad, en un mundo propio subjetivo que hace que cada individuo interprete la misma experiencia en una forma diferente a otros. Como dicen las enseñanzas budistas en el Dhammapada: si uno habla o actúa con mente perversa, la desgracia lo sigue como la rueda de la carreta sigue los pasos del buey; si uno habla o actúa con mente pura, la felicidad lo sigue como su sombra que nunca lo abandona.

Descubrir la propia perversidad o la propia pureza no es una cuestión de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición, sino de AUTOCONOCIMIENTO. Y el autoconocimiento solo es posible en base a la auto-observación, fruto del análisis y la meditación sobre el propio comportamiento, para tener una EXPERIENCIA DE LA VERDAD de lo que somos. Es absurdo querer la transformación social de la humanidad excluyendo la experiencia de la verdad. La substancia de lo real nos transforma totalmente. No importa el nombre que demos a eso que transforma, lo importante es que el individuo se transforme. La sociedad es la extensión del individuo y si el individuo, si cada individuo se transforma, la sociedad se transformará totalmente.

La educación equivocada que reciben los niños y niñas del mundo basada en tradiciones anquilosadas y el ejemplo maligno de los comportamientos amorales, inmorales y corruptos de los mayores desde millones de hogares y a través de los medios masivos de comunicación con sus nuevas tecnologías, han hecho de millones de ciudadanos modernos unos engreídos y orgullosos primates intelectuales llenos de profundo egoísmo. Sólo piensan en sí mismo: primero yo, segundo yo y después yo. El egoísmo individual se convierte en egoísmo colectivo. La codicia individual se convierte en codicia colectiva. El odio individual se transforma en odio colectivo. Y así viene la violencia entre personas, el maltrato de mujeres, niñas, niños, ancianos, y racismos, xenofobias, ambiciones destructivas, luchas por los monopolios, guerras, ansias de conquista de bienes y tierras ajenos, etc. etc. etc.

Desgraciadamente los modernos políticos no aceptan estos conocimientos porque están embotellados en los razonamientos subjetivos de su mente. La mente crea problemas que no es capaz de resolver y esa es una broma de muy mal gusto. Como ejemplo, ahí tenemos nuestro mundo actual, ese mundo  caótico y miserable que hemos creado con todas nuestras contradictorias teorías.

El batallar de los razonamientos es egocéntrico en su naturaleza íntima. Nosotros necesitamos de una nueva facultad que no sea egocéntrica. Todo problema ha sido creado por la mente y existe mientras la mente lo sostenga.

Necesitamos que pase la batalla racionalista y el pensamiento quede quieto y sereno, y esto solo es posible comprendiendo muy a fondo todo el mecanismo de la mente y sus constructos subjetivos y egoístas. En la serenidad del pensamiento emana en nosotros una nueva facultad: la CONCIENCIA DESPIERTA. Es obvio que si queremos desarrollar esta nueva facultad necesitamos primero comprender a fondo ese complicado mecanismo asociativo del racionalismo subjetivo. Analizando y transformando nuestra propia mente, podríamos establecer dentro de nosotros mismos un CENTRO PERMANENTE DE CONCIENCIA que nos haría funcionar mediante un recto pensar, un recto sentir y un recto obrar.

EL centro básico de la mecánica racionalista es el YO PSICOLOGICO, dicho centro es EGOÍSTA y por ello jamás puede resolver problemas. La conciencia despierta nada tiene que ver con ese centro básico del razonamiento, la conciencia despierta es sabiduría y amor. Para la pedagogía gnóstica,

¡Cuando varones y mujeres hayamos despertado conciencia, seremos respetuosos con los Derechos Humanos y el Día Internacional de la Mujer habrá cumplido su objetivo!