La ciencia del manejo de las Energías Sexuales ha existido siempre en la Gnosis o “Conocimiento universal del Todo”. A continuación estudiaremos su utilización por diversas culturas, lo cual servirá de cimiento para aprovechar de mejor modo esta conferencia.

La sexualidad ha sido por miles de años objeto de culto y estudio en ciertas culturas ancestrales, especialmente en países del lejano oriente. En occidente la evolución ha sido más traumática ya que la cultura nos ha ido alejando cada vez más del autoconocimiento sexual y hemos sido influidos por la concepción moral de las religiones institucionalizadas, ocasionando una serie de disfunciones y problemáticas humanas relacionadas con la sexualidad.

La sexualidad ha sido por miles de años objeto de culto y estudio en ciertas culturas ancestrales, especialmente en países del lejano oriente. En occidente la evolución ha sido más traumática ya que la cultura nos ha ido alejando cada vez más del autoconocimiento sexual y hemos sido influidos por la concepción moral de las religiones institucionalizadas, ocasionando una serie de disfunciones y problemáticas humanas relacionadas con la sexualidad.

Como sociedad hemos elegido ignorar lo que las grandes tradiciones espirituales una vez entendieron sobre la energía sexual y su papel en la transformación espiritual. Ese conocimiento que una vez tuvimos ha sido fragmentado o deformado. Nuestra tradición religiosa institucional de Occidente esencialmente ha reprimido y desfigurado el instinto sexual y con ello ha creado una variedad de patologías personales y sociales. Al hacerlo así, también ha eliminado con eficacia la sexualidad de sus fundamentos espirituales. Dos de las más antiguas prácticas respecto a la sexualidad sagrada son: el Tantra y el Taoísmo.

El tantrismo

El Tantra, proveniente de la antigua India y el Tibet, era originalmente una práctica abierta a todos sin distinción de castas, que permitía acceder a la trascendencia, bajo condición de monogamia. Dentro de las premisas fundamentales estaba el respeto incondicional por todos y la libertad por igual para todos los seres humanos. El tantrismo del dios Shiva ha sido objeto de persecuciones por diversos invasores de este país: los arios, el Islam en la Edad Media y los ingleses puritanos de la colonización. En el shivaísmo la mujer encarna el poder, y el hombre la capacidad de maravillarse. Numerosos maestros eran y son todavía mujeres. Ciertos legados sólo se trasmiten a mujeres, y la mujer, cuando es discípula, disfruta de un prestigio mayor que el hombre, desde el punto de vista de la energía, del valor y de la intensidad de su visión. Los textos lo expresan con claridad: «Aquello que un tantrika logra en un año, una discípula lo consigue en un día», como si todo en ella echara raíces con naturalidad en el origen común y olvidado de las religiones antiguas más importantes.

Curiosamente y contrario a la visión tradicional de los historiadores observamos cómo desde los celtas a los dravidianos del Valle del Indo, desde Egipto a Babilonia, los vestigios arqueológicos develan la existencia de deidades femeninas. “El poder femenino, es un misterio que sigue vivo dentro del Tantra”.

La integridad moral de la mujer no tiene mácula, concepción muy distante de la que considera a ésta como el origen del pecado, la tentación y la condena, según las tres religiones monoteístas más importantes; pero también algunas ramas del hinduismo y del budismo creen que la mujer es poderosa y vía de transmisión de las enseñanzas místicas más elevadas.

Afortunadamente se está comenzando a valorar la importancia de la mujer y la parte femenina que está dentro cada uno, fuente de riqueza y evolución permanente, sin necesidad de competencia o guerra de los sexos. Estos valores matrísticos (R. Eisler, M. Gimbutas) constituyen patrones de relación diferentes que tienden a la armonía; la espontaneidad y sinceridad, la filiación y la sinergia. Valores muy similares a los que identifican a las culturas matrísticas y son las que proclamó Jesús en sus enseñanzas. En estas concepciones la divinidad está en el ser humano, no más allá de éste, y se manifiesta a través de su modo de vivir.

Una mirada en armonía con la naturaleza y con abismales diferencias con el del hinduismo clásico que surgió de los vedantas arios.

Taoísmo

El taoísmo en china proviene de una historia matriarcal de la China prehistórica. Este aún conserva sus vestigios en el lenguaje ideográfico y en el pensamiento . Por ejemplo el ideograma que representa la palabra “bueno” (hao),en sus diversos significados, se compone del símbolo “mujer” situado al lado del de “niño” y el ideograma para “apellido” se compone de los símbolos “mujer” y “nacimiento” , reflejando la importancia nutridora que la mujer tiene en el linaje familiar en la China prehistórica. En ese tiempo se seguía la línea materna en el linaje igual que en la tradición hebrea inicial.

En todos los manuales chinos de la antigüedad la mujer es representada como guardiana de los arcanos sexuales y de la suprema fuente de la esencia y la energía vitales. La mujer desempeña un papel de iniciadora y maestra de la sexualidad, considerándosela poseedora de las reservas de poder. Para la investigadora Mery Jane Sherfey el período entre el 12.000 y el 8.000 A.C. marcó una época de libertad sexual pero, éste fluir cíclico de sus impulsos sexuales, se fue haciendo cada vez más inmanejable.

Es bajo este argumento que se las sometió al control social que desplazó el poder hacia el hombre en lo que a linaje y herencia se refiere. Así fue surgiendo lentamente la dicotomía de un hombre con una increíble superioridad social pero tremendamente inexperto en la sexualidad.

El Tao constituye así una mirada en que se logra una nueva mirada en equilibrio entre lo masculino y lo femenino, lejos de la guerra conceptual surgida de la línea patriarcal de después del 5.000ª.C.

La tradición taoísta elaboró el Kung Fu sexual o Kung Fu Seminal Ovarico que permitía a cualquiera sin linaje o celibato acceder al Tao o “La Vía” ya que es el método para conservar la salud y guiar la sexualidad. Volvemos a encontrar a la monogamia como requisito indispensable para lograr el éxito en este camino.

Un Dr. en filosofía señala que ya sea hoy o ayer las religiones orientales u occidentales institucionales no dan respuesta frente a la sexualidad, señalando los efectos y vicios que tiene la sexualidad si se la reprime en demasía o si se la deja fluir con libertad. Para Gunter Weil La sexualidad esotérica tiene relación con el comprender, estudiar y manejar la energía sexual que hay dentro de cada uno, que nada tiene que ver con rituales de culturas externas. Sugiere enfrentar el proceso de un modo más bien práctico que permita ser aprendidos y aplicados en la vida cotidiana y puedan ser entendidos por la mentalidad occidental.

Dice:..” La tradición taoísta , núcleo de la cultura china ofrece una perspectiva interesante y práctica sobre este problema. Los antiguos maestros chinos observaron que la función sexual se halla estrechamente relacionada con la salud física y mental, que también es la base para cultivar las facultades espirituales superiores. Defienden que conservar eficazmente la energía de la fuerza vital y transformarla gradualmente en una especie de sustancia espiritual/material es derecho y responsabilidad de la raza humana.”

Es desde este marco que se desarrolló el Kung Fu sexual taoísta como método para aumentar la longevidad y la salud, permitiendo además la armonía entre el hombre y la mujer, además de constituir un medio de transformación espiritual.

Tal vez nunca hemos estado tan cerca de conocer los misterios de la vida y la muerte. El descubrimiento del código genético del ser humano; episodio culminante en una extraordinaria acumulación de técnicas y conocimientos en las ciencias biológicas, pareciera estar entregando a los seres humanos las llaves de la inmortalidad. Sin embargo, es posible que este conocimiento haya estado desde siempre en nuestras manos, oculto en sectas esotéricas, conservado en antiguas tradiciones ancestrales, o ligeramente velado en libros muy al alcance nuestro como el Tarot o La Biblia.

En la mayoría de las religiones y de las antiguas tradiciones de conocimiento ha existido un conjunto de técnicas y métodos orientados a la auto transformación. Este saber ha recibido diferentes nombres a lo largo de la historia, siendo quizás el de “alquimia” uno de los que más trascendió en Europa. El objetivo explícito de este conocimiento, la transformación del plomo en oro, fue en la mayoría de los casos una metáfora para ocultar una meta bastante más increíble: la inmortalidad. En la tradición alquímica es posible encontrar textos que entregan instrucciones para formar un embrión y posteriormente un cuerpo de espíritu, verdadero vehículo para la vida eterna.

Las tradiciones antiguas nos hablan de que en tiempos inmemoriales existieron grandes hombres que se destacaron por sus proezas, y por su larga vida.

En La Biblia, el profeta Matusalén es quien mejor encarna el ideal de larga vida. De acuerdo al Génesis, este longevo profeta, octavo en la línea de descendencia desde Adán alcanzó la avanzada edad de 969 años (Génesis 5,27)1.

Es probable que esto no resultara demasiado extraño a sus contemporáneos, ya que en aquella época algunos superaban con facilidad la edad de 700 años, al menos los profetas, directos descendientes de Adán.
¿Qué es lo que permitía a los profetas de aquel periodo vivir de manera tan prolongada? Un camino para responder a esta pregunta es efectuar una interpretación de estos antecedentes a la luz de la tradición esotérica. Hemos querido recurrir a ella, tomando sus elementos sustantivos, y poniendo especial cuidado en no caer en la especulación.

Como puede verse hay una época en La Biblia, posterior incluso a la salida del paraíso, en que los hombres mantuvieron una comunicación privilegiada con el hacedor y, esto se traducía en capacidades de realizar actos extraordinarios, en una inusitada longevidad, e incluso en algunos casos, en desapariciones del mundo terrenal lo que llevaba a hablar de estos hombres como verdaderos Inmortales: Henóc Elías, Moisés, Melquisedec, el Mesías, entre otros, son ejemplos de este último caso.

Edades asombrosas nos ponen en la pista de esta sabiduría: Adán 930, Set 912, Enós 905, Quenan 910, Mahalalel 895, Yéred 965, Henoc 565, Matusalén 969, Lamek 777, Noé 950

Es interesante la historia de uno de los héroes míticos de La Biblia, Sansón. Él, junto con Samuel y Juan El Bautista son hijos de madres inicialmente estériles y consagrados a Dios, es decir, nazires. La historia de Sansón junto a la de otros nazires se caracteriza, porque en los momentos previos a la gestación o durante el parto aparece un enviado que anticipa el rol futuro del niño por nacer y establece la observancia de reglas específicas de trabajo energético.

Pero pongamos los pies en la tierra y veamos cómo la ciencia apoya este “fantástico” conocimiento.

En la actualidad tenemos que: Los descubrimientos científicos de finales del siglo XX parecieran estar entregando serios fundamentos a la búsqueda, de lo que los alquimistas han estado persiguiendo afanosamente durante siglos, y no nos referimos al secreto de la transmutación del plomo en oro, sino al que ellos denominaban la gran obra o más explícitamente a “la inmortalidad”.

Los avances de la genética y la bioquímica han permitido adentrarse en los secretos más sutiles de la división celular, entregándonos reveladoras explicaciones acerca del por qué envejecemos y no nos mantenemos permanentemente jóvenes.

Ya que si consideramos nuestro cuerpo como un sistema que tiene una organización interna y que cuenta con los insumos adecuados que le permiten renovar permanentemente esta organización, y además. no recibe ninguna agresión del medio; no debiera existir ninguna razón para envejecer. Sin embargo, el sentido común nos indica todo lo contrario, e inexorablemente cumplimos el mandato bíblico de no superar los 120 años, como si existiera un reloj oculto o una programación que le indica a nuestro organismo la edad en que sus órganos se deterioran y sus sistemas comienzan a colapsar.

La explicación a este fenómeno pareciera encontrarse en el ADN del núcleo celular, ya que éste contiene la información completa para generar una nueva célula. Desde hace no mucho más de una década ha comenzado a usarse la hipótesis de los telómeros para explicar este inevitable fenómeno de deterioro de los tejidos.

Para renovar los tejidos, las células que lo componen se van reproduciendo en un proceso conocido como mitosis. En la mitosis, una célula, mediante la reproducción celular da origen a dos células nuevas con idéntico material genético que la original. Para realizar esta reproducción la célula recurre a la información que tiene guardada en su núcleo, en agrupaciones de ADN conocidas como genes. A su vez el ADN (Ácido Desoxirribo Nucleico), está constituido por cuatro bases conocidas como Adenina, Citosina, Guanina y Tiamina; las que se agrupan en pares (A-T y C-G), estos aminoácidos generan enormes cadenas que finalmente constituyen el ADN. Al final de estas cadenas, existe siempre una secuencia repetida de 6 pares bases (T-T-A-G-G-G) que se repiten cientos de veces, los que juegan el rol de un verdadero sello, cerradura o candado de la molécula del ADN. Esta cerradura al final del ADN es conocida como telómero.

Al reproducirse la célula, en cada división, el ADN va perdiendo parte de estos telómeros, por lo que el sello se acorta al generarse nuevas células. Este proceso tiene un límite ya que al final la célula pierde material genético y ya no le es posible efectuar nuevas divisiones, ya no se reproduce, ya no hay más células nuevas, lo cual, conduce a deterioro en órganos y tejidos con el consiguiente envejecimiento asociado.

Ilustrativo respecto de este punto, es la clonación de la oveja “Dolly”, la que luego de alcanzar su madurez, comenzó a envejecer aceleradamente debido a que el material genético originario, al provenir de otra oveja desarrollada, ya había experimentado parte de este deterioro.

Todas las células del organismo inevitablemente experimentan este proceso, salvo en dos casos excepcionales: las células cancerígenas y las células germinales en los órganos reproductores.

Cáncer e inmortalidad

Paradójicamente las células cancerígenas tienen la capacidad de reproducirse en forma indefinida, activando un proceso latente en todas las células del organismo.

Los científicos piensan que para que se origine un cáncer y este sobrepase todas las defensas es necesario que confluyan tres factores: a) una alteración en la información genética celular, b) la capacidad de estas células de generar su propia red de vasos sanguíneos y c) la activación de una enzima conocida como telomerasa, la que tiene la facultad de reparar y evitar el acortamiento de los telómeros en las moléculas de ADN. Debido a esta última característica, las células cancerígenas mantenidas en cultivo, recibiendo el suministro adecuado de nutrientes, son capaces de reproducirse en forma indefinida.

Reproducción e inmortalidad

Otras células con capacidad de dividirse en forma Infinita son las células germinales en testículos y ovarios. Estas células, que dan origen a óvulos y espermatozoos, al contrario de las demás, se reproducen en un proceso conocido como meiosis. La principal diferencia de este proceso, es que las células resultantes poseen sólo la mitad de la información genética; para que al combinarse, en la concepción, con la célula de otro ser, esta información se complete para dar origen a nueva vida.

Esta característica permite que la descendencia de personas muy mayores, sea genéticamente tan joven como la descendencia de progenitores jóvenes, Aquí puede observarse que por muy avanzada en años que sea una persona, si sus células germinales están activas, éstas contienen información genéticamente “joven”.

La telomerasa es la enzima que le permite a las células germinales mantener el largo de sus telómeros, ya que en estas células se encuentra activa en altos niveles, al igual que en las células cancerígenas. En las otras células del organismo, esta enzima también se encuentra presente, pero no en forma activa. De hecho en la formación embrionaria se registran también altos niveles de telomerasa y en el sistema nervioso ésta se inactiva después de que lo hace en otras células del organismo.

Como puede verse el descubrimiento de esta enzima y la forma en que ésta opera, ofrece opciones insospechadas entre las que se cuenta la posibilidad de alargar la calidad de vida, así como los años de ésta.

El punto de coincidencia más notable entre los últimos descubrimientos en las ciencias biológicas y la tradición antigua; es que esta última sabe desde tiempos inmemoriales que en los fluidos de los genitales se encuentran esencias y principios activos que, al hacerlos retornar y ascender en el cuerpo, sin salir de este, tienen la capacidad de reparar tejidos, alargar la vida y en último término formar un cuerpo de espíritu, puerta a la inmortalidad.

Las dimensiones abiertas por las recientes investigaciones bioquímicas son de primer orden. Las expectativas de algunos investigadores son, no sólo que será posible vencer el cáncer y otras enfermedades asociadas a la vejez, sino que también será posible alargar la vida a horizontes insospechados, mediante el simple recurso de adquirir una píldora en la farmacia. Por el contrario, la tradición nos pone esta posibilidad al alcance de la mano basada en nuestra transformación interior, en forma natural y sin importar la condición socio-económica. Es gratis.

Como puede verse las referencias a la búsqueda de la inmortalidad en las tradiciones esotéricas son, innumerables, y hoy la ciencia con el descubrimiento de una pequeña enzima le da la razón a aquellos buscadores.

Como hemos podido observar, la dimensión de lo sexual presenta, para muchos, un sentido que no conocían. Durante las conferencias exploraremos cómo aplicar este extraordinario poder, no solo para darnos vida, además para conocer y re estructurar nuestra psicología y encontrarle sentido a la vida.

“El Tantra, proveniente de la antigua India y el Tibet, era originalmente una práctica abierta a todos sin distinción de castas, que permitía acceder a la trascendencia

“La función sexual se halla estrechamente relacionada con la salud física y mental, que también es la base para cultivar las facultades espirituales superiores” (Tao)

“Una vida sin examen no merece ser vivida”
(Sócrates, Apología platónica).