La vida presenta al ser humano una serie de desafíos que requieren un conjunto de facultades y habilidades para hacerles frente: las llamamos inteligencias.
La inteligencia espiritual nos faculta para desarrollar aquellas actividades que no están contempladas en otras modalidades de inteligencia, como por ejemplo la capacidad de maravillarse ante la realidad, la capacidad de valorar los propios actos, la capacidad de darse gratuitamente a los otros, pero sobre todo la capacidad de preguntarnos: hacia dónde voy, de dónde vengo, cuál es el sentido de la existencia, hasta saber convertir la vida en un proyecto personal profundamente humanitario y bondadoso. Es una inteligencia que nos faculta para vivir una vida más libre.
El concepto de inteligencia Espiritual no esta aun muy difundido en Latinoamérica y por esta razón se busca profundizarlo en los diferentes seminarios y conferencias, a través de conceptos teórico – prácticos, talleres experienciales y prácticas como meditación, ejercicios psicofísicos y percepción de si.
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